El recorrido de Mekele a Addis supone
un día de viaje. Parada en un animado mercado de animales. En una de las aldeas,
de las muchas que vemos por el camino,;son agrupaciones de casas donde viven
familias-clanes cercadas por un muro que les sirve de protección. Una parada
especial: tomar un auténtico café de Harar, sin prisa, siguiendo todo el ritual
que comienza con el tueste del café ¡Delicioso! Y algunas pausas más hacen que
el camino sea ameno hasta llegar a Addis Abeba. En pocas horas, regreso y vuelta
a ubicarnos en este “Primer Mundo”
¿Cómo es posible que sonrían de manera tan franca con tan poco? Probablemente nuestra codicia nos vuelva los seres más tristes del planeta. (Y qué porte tan elegante tienen. Bien visto y capturado, compañera.)
ResponderEliminar¡Interesante pregunta, Javier! Tal vez todos deberíamos hacérnosla; quién sabe si encontraríamos una respuesta más cercana a la verdad de vivir.
ResponderEliminarMuy aguda la foto de las tres mujeres acarreando leña precedidas por un hombre sonriente, sin carga. ¿necesita explicación? Gracias por toda la colección de fotos y la experiencia que a través de ellas nos dejas compartir.Arantza
ResponderEliminarEso Arantza: sin palabras. Estoy convencida de que son ellas el alma de África ¡La suerte que hemos tenido de no nacer allí! (Y lo dijo sin ninguna connotación feminista)
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