sábado, 12 de marzo de 2011

(TIBET) EL EVEREST

Quizás estas fotos, para algunos, sean muy repetitivas. Lo cierto es que todo el tiempo hay un solo protagonista, EL EVEREST.
Es una montaña que hipnotiza. Sentada sobre alguna piedra, paseando o dando saltitos para superar el frío, no ceso de mirarla. Uno de los picos lo está tapando una nube, parece que cae la niebla y lo va a tapar todo, sale el sol y las luces cambian, unos pájaros vuelan alrededor de él… En fin, cuando estás ante él, cada minuto descubres algo nuevo.
El Everest era una espinita que tenía clavada desde hace muchos años. Quise verlo desde Nepal, viaje a un punto estratégico, y al atardecer, sobre las nubes, enseñó sólo su cima. El propósito era verlo al amanecer (según los lugareños es cuando se puede ver mejor) pero el mal de altura me castigó…
En esta ocasión la suerte fue inmejorable a pesar del viento gélido que azotaba de cara, sumado a la gran altitud...