Para llegar a la depresión del
Danakil, tierra Afar, es necesario viajar durante dos días desde Addis Abeba,
pasando por Kembolcha.
Al principio encontramos carretera asfaltada y
hospedaje en un hostal sencillo, para continuar con el todo terreno por
caminos, arenas y coladas de lava. La vida de los etíopes se concentra en las
orillas de los caminos, de modo que en ningún momento asoma el aburrimiento.
Vacas, camellos, personas… se cruzan a nuestro paso. De vez en cuando un
mercado de ganado o de khat bien merece una parada en el camino.
El calor aumenta según nos
adentramos en el desierto, ante nosotros una inmensa planicie de arena que, en muchas ocasiones, nos deja sin
visibilidad. Casi no quedan indicios de vida. Salpicadas y camufladas en el
paisaje, se ven pequeñas chozas con forma de media esfera hechas con telas,
pieles, paja trenzada, plásticos , palos... Son las viviendas de los afar, pueblo que habita el
Danakil desde hace más de 2800 años, actualmente repartido por Etiopía, Eritrea
y Djibouti. Nos cruzamos con alguna
caravana de camellos que sigue su calmado paso, mirando con indiferencia
nuestra presencia.
Amparitoooo.....gracias por hacerme revivir con estas preciosas imágenes un viaje tan especial.
ResponderEliminarVenga a currar que queremos más y más y mucho más.
Un beso enorme
Mana,he visto lo último que has puesto, pero faltan las mejores, ponte a trabajar y cuelga las que faltan. Ya voy poniendo el cava a refrescar. Besotes
ResponderEliminarQue bonitas, me han impresionado mucho. Muchísimas gracias por acordarte de nosotras y compartirlas con todos. Un abrazo.
ResponderEliminarConchi.
Me encantan Tiítaaaaaa!!!!
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