La ciudad de Reikiavik está situada
en la parte suroeste de la isla, en la bahía Faxaflói, lo que le da a la ciudad
un clima muy húmedo con lluvia y viento del Atlántico.
Las fuentes geotérmicas del subsuelo
de la ciudad proporcionan casi toda la calefacción y agua caliente a las casas
de la capital, siendo la única consecuencia negativa el ligero olor a sulfuro
de hidrógeno presente sobre todo a la hora de la ducha. El reducido nivel de
emisiones de gases hace que la ciudad tenga una atmósfera limpia y cielos
cristalinos siempre que no llueva. La ausencia de polución se debe también al tamaño
comparativamente pequeño de la capital.
Reikiavik consistía únicamente en un
puñado de granjas hasta que una pequeña comunidad comerciante comenzó a
prosperar a mediados del siglo XVIII. Se le concedió estatuto municipal y poco
a poco se desarrolló como centro urbano. A finales de la II Guerra Mundial,
Islandia obtuvo la autonomía total de Dinamarca y Reikiavik se convirtió en la
capital de la nueva nación. Hoy en día, conserva todavía un aire de ciudad
provinciana con sus edificios bajos y sus casas de colores brillantes, aunque
es el hogar de tres de cada cinco islandeses y domina el país política,
económica, social y culturalmente.
Centro de congresos.
Magníficas fotografías, cosa habitual pero no por ello no dejamos de sorprendernos.
ResponderEliminarLástima que no se pueda ver a quien está al otro lado de la cámara.
Ánimo. Te seguimos esperando en el hall de la Resi, con la bufanda y el bastón, y la nariz chata en el cristal. Contando los segundos para que aparezcas, querida nieta Amparo.
Feliz Navidad. Etiopízate hasta el tuétano.