Me encantan casi casi como las anteriores, con sus paisajes duros y agrestes como sus gentes, pero a la vez tiernos para mantener al cabritillo en sus brazos. ¿Crees que deberías dar una pausa a la zona de China y alternar con Tanzania, El Cherengueti, Madagascar, Patagonia?, ..., pues me ha dicho un pajarito que tienes una documentación tremenda, y el jamón serrano me encanta, pero para todos los días acabo por no valorarlo. Santi.
Se nota el ascenso en altura. Todo cambia un poco y el tono de las fotos también. No me desagrada esa estética de las cumbres, aunque a veces la cercanía y la pendiente de las laderas, los cauces profundos, y la contundencia de las nubes achican el espacio y producen sensación de agobio. Pero también de inmensidad. Y al final siempre queda la nieve y el agua para refrescar el espíritu. También me gustan las fotos de las pastoras, y me parece especialmente lograda la composición de la del grupo de las cuatro formando una diagonal en el centro. Los retratos individuales, muy a tono con la expresividad del paisaje. Pienso, por otra parte, que debe ser fatigoso moverse por esos parajes. El mal de altura, el enrarecimiento del oxígeno, el sol… y encima pelear con los angulares, la apertura de diafragmas, los contrastes de luz y sombra, etc. Menos mal que la contemplación de esa naturaleza y los resultados del trabajo deben resarcir a uno de las penalidades.
Pues sí, el mal de altura es lo peor que a uno le puede pasar en estos viajes. Empezando a ascender desde China en tren, la adaptación es más fácil. Aun así los primeros días las escaleras, por pocas que sean, se hacen interminables; la mochila pesa más que nunca y, el andar es lento y pausado. No me libré de algún dolorcillo de cabeza, y una noche, cerca del Everest, casi no podía respirar. Ahora, viéndolo desde casa, parece más duro; cuando estás allí el entusiasmo por lo desconocido hace que pase desapercibido. Las pastoras, tristemente tengo que contaros que, como ya me ha pasado en otros sitios, intentaron por todos los medios que les diésemos dinero por haberles hecho fotos. Seguramente otros turistas lo hicieron antes. Fue la primera y única vez que me pasó en este viaje.
Me encantan casi casi como las anteriores, con sus paisajes duros y agrestes como sus gentes, pero a la vez tiernos para mantener al cabritillo en sus brazos.
ResponderEliminar¿Crees que deberías dar una pausa a la zona de China y alternar con Tanzania, El Cherengueti, Madagascar, Patagonia?, ..., pues me ha dicho un pajarito que tienes una documentación tremenda, y el jamón serrano me encanta, pero para todos los días acabo por no valorarlo. Santi.
Es el paquete de fotos que más me
ResponderEliminarha gustado.
La familia de pastores son del Tibet o de los Andes?
Se nota el ascenso en altura. Todo cambia un poco y el tono de las fotos también. No me desagrada esa estética de las cumbres, aunque a veces la cercanía y la pendiente de las laderas, los cauces profundos, y la contundencia de las nubes achican el espacio y producen sensación de agobio. Pero también de inmensidad. Y al final siempre queda la nieve y el agua para refrescar el espíritu.
ResponderEliminarTambién me gustan las fotos de las pastoras, y me parece especialmente lograda la composición de la del grupo de las cuatro formando una diagonal en el centro. Los retratos individuales, muy a tono con la expresividad del paisaje.
Pienso, por otra parte, que debe ser fatigoso moverse por esos parajes. El mal de altura, el enrarecimiento del oxígeno, el sol… y encima pelear con los angulares, la apertura de diafragmas, los contrastes de luz y sombra, etc. Menos mal que la contemplación de esa naturaleza y los resultados del trabajo deben resarcir a uno de las penalidades.
Pues sí, el mal de altura es lo peor que a uno le puede pasar en estos viajes. Empezando a ascender desde China en tren, la adaptación es más fácil. Aun así los primeros días las escaleras, por pocas que sean, se hacen interminables; la mochila pesa más que nunca y, el andar es lento y pausado. No me libré de algún dolorcillo de cabeza, y una noche, cerca del Everest, casi no podía respirar. Ahora, viéndolo desde casa, parece más duro; cuando estás allí el entusiasmo por lo desconocido hace que pase desapercibido.
ResponderEliminarLas pastoras, tristemente tengo que contaros que, como ya me ha pasado en otros sitios, intentaron por todos los medios que les diésemos dinero por haberles hecho fotos. Seguramente otros turistas lo hicieron antes. Fue la primera y única vez que me pasó en este viaje.
Hola Mana: Son preciosas, las he visto varias veces y no sé cuál me gusta más, las de los glaciares quizá.
ResponderEliminarRealmente son fuera de categoria. Me imagino que el agua de beber debe ser muy buena aunque sea de botella.
ResponderEliminarAbrazos